Entramos en diciembre con un post
muy muy especial. El de la boda de María y Steven.
Es imposible escribir en una
entrada de blog chiquitita tantos meses de trabajo dedicados al bodorrio, así que vamos a contarlo todo en varios post.
Los novios tenían claro que
querían una boda diferente. Íntima. Divertida. Y muy personalizada.
Los colores elegidos fueron el
verde menta y los tonos del kraft y otra variedad de cremas, junto con el rosa.
Todo con un aire muy rústico y vintage, pero con una pincelada moderna.
Pero hoy vamos a centrarnos en el look ¡que nos encantó!
La novia se decantó por un look poco tradicional con toques que marcaran la diferencia. Un vestido de corte
princesa, con escote corazón y enterito de tul de seda, con aplicaciones de
encaje y brillantes en la parte superior.
Para romper un poco utilizó un
cinturón de pedrería en gris marengo, vintage y original de los años cincuenta,
y adquirido desde Los Ángeles, a través de Etsy.
Los zapatos, del mismo color, de
Adolfo Dominguez. Aunque luego los cambió por unas bailarinas bien monas de
Zara, para poder bailar sin dolor toda la noche.
Como no se veía con velo llevó un
tocado de Cherubina, de su colección de novias Anni Burech, de cuentas blancas.
La liga era de encaje de bolillo
artesanal, con un lazo beys, de Carmen Fernández Bolilleando.
Del maquillaje y el peinado se
encargó Marta Vera.
En el ramo también destacó su
originalidad. En lugar de llevar uno de flores naturales eligió uno de flores
de tela y broches antiguos. Las flores eran peonías en tonos cremas con
pinceladas rosa. Muy romántico y rústico, con el mango de cuerda.
El novio descartó el chaqué y
los trajes más tradicionales. Eligió un traje de chaqueta en un azul marino muy
muy oscuro, combinado con una camisa blanca, chalequillo gris plata, y corbata
en tonos azules también. Los gemelos (aún no tenemos foto), eran de Zelda, el
videojuego favorito del novio ¡nos encanta!.
Los novios querían que sus amigos
formaran parte de la boda de una forma especial, así que tuvieron damas de
honor y padrinos, ¡cinco cada uno!.
Las damas de honor chicas iban
con vestidos largos verde agua, todos diferentes y en diferentes tonalidades, para
que cada uno se sintiera identificada con su estilo. Los damos de honor (como
la novia los llamaba) iban en traje de chaqueta y con pajarita en verde agua
¡bien guapos estos damos!
Los padrinos del novio iban todos en traje de chaqueta oscuro , con camisa blanca y con la misma pajarita, en negro con topitos plata.
¡Vamos que tuvimos una boda de guapérrimos y guapérrimas!
En el próximo post, la decoración de la boda ¡no os lo perdáis!
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