Cómo ya pudisteis ver, hace unos meses disfrutamos de la experiencia de organizar un shooting de inspiración industrial en nuestra ciudad. Podéis ver la primera y segunda parte AQUÍ y AQUÍ respectivamente. Hoy venimos a contaros la parte más personal de como vivimos todo el proceso.
Cuando comenzamos a dar forma al proyecto, junto con Ernesto Villalba, empezamos a hacer un brain storming. Poniendo en conjunto lo que buscábamos, el estilo, el rollo que queríamos darle. Lo tuvimos claro desde el principio. Una inspiración industrial, romántica, con ese puntito decadente propio de otros tiempos. Y así empezamos. Al igual que como trabajamos en nuestras bodas, buscamos los mejores proveedores, los que más se ajustaban al estilo concreto que queríamos, y a los que nos podían aportar un mejor resultado.
Contando desde con Relier Comunicación para la búsqueda del estilismo perfecto, a La Buganvilla para la decoración o Aquarela Cakes para el toque dulce, entre otros muchos proveedores con los que hicimos un gran gran equipo.
¿Nuestro mayor reto? La localización. Junto a Ernesto movimos cielo y tierra para encontrar el espacio perfecto, quien nos iba a decir ¡que estaría tan cerca! Tejares 11 fue el espacio ideal para desarrollar nuestra creatividad. Una pared de ladrillo vista, maderas, serrín, y un tejado acristalado que dejaba entrar una luz que enamoraría a cualquiera.
Cuando entramos el día de la editorial, con un cielo nublado y lluvioso ¡nos pareció más romántico todavía! Y con frío que pelaba, empezamos a prepararlo todo. Sin los nervios que supone una boda, jugando con los espacios como queríamos, y viviendo el momento a tope.
No os vamos a mentir. Uno de nuestros momentos favoritos fue preparar la mesa. Esa mesa que tanto habíamos estudiado, que con tanto cuidado habíamos escogido los materiales y las flores.Ver como todo tomaba forma, que de nuestras cabezas pasaba a ser real, fue ¡como entrar en Pinterest!
Teníamos claro que queríamos madera vista, marmol, y menaje fuera de lo común. Platos en esmeralda con cristal brocado, copas con detalles en dorado, y decoraciones en cemento. El conjunto fue, simplemente, espectacular.
Pero sobre todo nos quedamos con el compañerismo, el buen rollo y la mañana tan divertida que pasamos todos. Desde aquí queremos agradecer a todos los colaboradores el haber confiado en nuestra idea y haber aportado su granito de arena para haber echo posible esta idea. ¡Sois la caña!
Y por supuesto, a nuestro modelos, tan guapísimos y tan amorosos, que lo pusieron todo muy muy fácil.
0 comentarios :
Publicar un comentario