En el post de esta semana nos trasladamos hasta el taller de una de las jóvenes diseñadoras sevillanas con más talento. El estilo afrancesado y romántico de Patricia Bazarot la ha llevado de la moda flamenca a la fiesta, el prêt-à-porter y a la novia en las pasarelas de la capital andaluza (SIMOF, SIQ y Code 41), pero recientemente ha conquistado también Madrid donde ha abierto un showroom para cumplir con los sueños de las clientas del resto del país.
¿No la conoces todavía? ¿A qué esperas? Visitamos su estudio en Montequinto (Sevilla) y empezamos a disfrutar de su trabajo en la moda nupcial...
¿Qué es lo que más te ilusiona de diseñar trajes de novia?
Sobre todo su ilusión de ellas, espera que la vistas para el día más
importante de su vida, sobre mí recae ese peso y esa responsabilidad, pero, sobre
todo me motivan las ganas de que seamos nosotras quienes le hagamos el vestido.
¿Cómo de importante es ese vestido?
Es lo que todo el mundo espera ver cuando va a una boda. Es cierto que también es muy
importante el sitio, obviamente, tanto de la ceremonia como del convite. Y dependiendo de
eso también cambia el traje que llevará la novia. En una boda civil tienes más libertad y algo menos de protocolo que en la religiosa.
Hay cosas que no puede llevar la novia civil…
Por ejemplo el velo y la cola. Normalmente en la iglesia se
llevan colas mucho más largas que en las civiles. Las clientas que vienen a
nuestro taller y que se casan por la iglesia suelen querer colar largas y las
de civil, o no la llevan o es pequeña o de las que luego puedes quitarte fácilmente.
Antes de diseño de moda estudiaste arquitectura, ¿te imaginabas un día diseñando trajes de novia?
No me lo imaginaba para nada. Tenía mis horizontes muy
enfocados hacia la vivienda.
¿Y cómo se pasa de diseñar casas a vestidos de novia?
Realmente no es muy diferente. Cuando un arquitecto diseña
la casa recibe el encargo de alguien con la misma ilusión, es un proyecto vital
muy importante para una persona. Parece que está muy lejos de una boda, pero es similar en ilusión, expectativas… Una casa y casarse son momentos muy parecidos
en la vida de las personas.
¿Te han servido esos estudios previos?
Sobre todo para imaginación, espacios… Yo veo una tela y ya
imagino cómo puede quedar en el cuerpo, eso te lo da la arquitectura. Antes de
crearlo, ya lo ves en tu cabeza y eso es clave para el diseño de moda.
¿Cómo es el proceso que siguen las novias que llegan a Patricia Bazarot?
Tenemos una primera cita donde la clienta llega y nos cuenta sus
ideas. Sobre todo, lo que hacemos es conocerla, saber dónde se casa, por qué… es
una entrevista previa en la que sabremos qué es lo que le gusta, su objetivo…
¿Hay alguna pregunta que siempre les hagas a las novias?
Si es atrevida o no. Con eso busco saber si está dispuesta a ser
diferente. Todas quieren ser únicas y en mi firma buscamos ese punto que la diferencie del
resto. Sobre todo si es atrevida, si quiere color, o si por el contrario busca
algo más clásico…
¿Notas si las novias que te le eligen te han investigado a conciencia?
Sí, normalmente cuando llegan es porque nos han visto en redes y
en la web y saben lo que hacemos. A raíz de ahí, diseñamos para ella, pero ya saben lo que somos capaces de hacer desde nuestro estilo.
¿Cómo se dan los siguientes pasos en la creación del vestido de novia?
Le presentamos la idea, con tejidos, formas…en un boceto. Si vemos algo
nuevo siempre se puede modificar, dejamos el diseño algo abierto para
poder hacer cambios durante el proceso. Lo típico es que las novias quieran verlo puesto y lo
que hacemos es confeccionar el forro y sobre él, hacemos cambios de cola, escote,
mangas, talle, vuelo de falda… Sobre esos cambios ya tendremos el diseño definitivo.
¿Cuántas pruebas suelen ser necesarias?
Las que la novia necesite, pero normalmente son unas tres o cuatro.
¿Cuánto tiempo previo es lo ideal para ir a encargar tu diseño de novia?
Lo ideal es unos 8 o 6 meses para hacerlo con tiempo.
Estamos en un momento en el que todo pasa de moda muy rápido, si eliges un
vestido más de un año antes puede que cuando llegue tu boda la idea esté ya muy
pasada, machacada o vista. Si lo haces con menos tiempo evitas esa sensación.
¿Suelen probarse las novias tus diseños de la colección?
Claro, es muy útil. Cuando hacemos colecciones las hacemos muy variadas, en
cuanto a escotes, faldas, cuerpos, tejidos… Hacemos una pequeña prueba con las novias
con volúmenes y formas y así pueden elegir telas, etc. Con eso consiguen una
pequeña idea que les ayuda a imaginarse como puede quedar.
¿Qué consejos suelen pedirte sobre los complementos, calzado...?
Para el largo de la falda es bueno tener cuanto
antes los tacones. Para mí es algo que depende mucho de cada persona, yo intento que mis
novias no vayan con zapatos blancos porque creo que le da personalidad al
vestido pero al final depende de cada una. Algunas novias llegan con ideas claras, pero muchas
también se dejan llevar en cuanto a los complementos. El velo, la diadema… Todo
surge a raíz del traje.
¿Hasta qué punto es bueno ese exceso de información que tenemos en redes sobre inspiración para novias?
En ese primer contacto veo lo que traen. Yo siempre aviso de que no somos un árbol de Navidad, no podemos llevarlo todo. Hay que ver lo que mejor te sienta de lo todo que te gusta y descartar ideas que nos gusten pero que no podamos lucir. El de la boda es el día para no disfrazarse, es otro de mis consejos, hay que ser una misma. Lo mismo para el pelo, maquillaje… Hay que conseguir ser el reflejo de una misma en tu versión de novia.
¿Recuerdas tu primer traje de novia?
El primero fue para una amiga de mi madre, ni siquiera había
estudiado Moda aún. Mi madre siempre ha cosido, de hecho trabaja conmigo en el
taller. Entre las dos lo hicimos y salió todo muy bien, aunque fue mucha
responsabilidad. El primero con la firma ya montada fue para una chica joven,
una madre de tres niños, que no quería vestirse de novia… pero al final fue una novia en toda regla.
¿Cómo notas la evolución en tu trabajo tras los años de experiencia?
La experiencia es un grado y claro que se nota. Nos vamos
asentando. Al principio lo normal es estar algo más insegura, ahora cuando
entra una clienta sabes perfectamente lo que quieren, lo que te van a pedir,
tienes una visión y lo ves claro.
¿Qué tendencias nos esperan para las novias de 2018?
Se van a empezar a llevar los tonos metalizados, reflejos
dorados o en plata. Como sello de la casa, y que no pasa, están los escotes en la
espalda, siempre, vemos que la elegancia está más ahí que en el escote
delantero. Es muy femenino y elegante.
Además de las novias, las madres, suegras y hermanas de los novios suelen acabar confiando en el trabajo de Patricia Bazarot. Los detalles de su costura conquistan a todo el que la conoce.
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