3. Di SI a la naturalidad y espontaneidad. Aunque una boda es un evento donde participan muchos proveedores, y tiene que haber una buena organización y timing como base, es cierto que ya no se lleva lo rígido y protocolario. Por eso, si en la mesa presidencial queréis estar con vuestros amigos ¡hacedlo! No hay nada que os lo impida. De igual manera que si no queréis hacer brindis de entrada, si queréis entrar juntos de la mano a la ceremonia o si no hay alianzas. La boda es vuestra y de nadie más.
4. En los detalles está la esencia. A ninguna boda le falta la comida, las mesas, las sillas, la música y una barra libre. Pero ¿qué mesas? ¿qué sillas? ¿y si vamos más allá? Rebuscad y no os quedéis con lo básico. Vuestra boda se diferenciará por los detalles que elijáis. Desde el bajoplato a la copa. De la copa a la recena. Optad por detalles que os gusten y que sean diferentes. Por ejemplo, extras como una recena de pizza italiana en directo para la barra libre, puestos de showcooking para el cóctel o un grupo Indie para ambientar. Tened en cuenta este tipo de detalles, hará que vuestra boda sea ¡inolvidable!
5. Delega. Organizar una boda parece sencillo ¡antes de empezar! Son muchas horas las que hay que dedicarle, muchas inseguridades las que surgen y muchas muchas preguntas las que os encontraréis sin resolver. Así que lo mejor es delegar tareas en profesionales del sector. Contratar a Wedding Planners que os asesoren, os acompañen en todo el proceso de organización y os guíen por el mejor camino. De esta manera, podréis disfrutar más del proceso ¡y de la boda en sí! Además, podréis tener ayuda para encontrar el mejor estilo para vosotros, los proveedores necesarios para llevarlo a cabo y daros todas las ideas necesarias para una boda de diez. Si quieres un poco más de información de que tipos de servicios ofrecemos y nuestra forma de trabajar ¡pincha AQUÍ!
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