¡Si quiero! a las bodas invernales

Todos sabemos que hay lo que llamamos una temporada alta de bodas. Suele ser cuando empieza el buen tiempo. Depende de la ciudad,claro, pero en Sevilla lo más común es casarse entre abril y octubre. Aunque nos parece tremendo ese agosto a 45º con bodas a medio día. Apuesto a que más de una invitada se ha derretido bajo el sol y ha terminado con más agujetas por mover el abanico que por bailar. Benditos abanicos y pai-pais.

Sin embargo a nosotros hay una cosa que nos encanta. El invierno. Es cierto que no es lo más popular y que provoca cierto rechazo casarse en esta época del año, pero nosotros vamos a daros unos cuantos motivos para que os planteéis una boda invernal:

- "El tiempo es horrible". Como todo, eso depende del día, de la suerte o de los huevos a Santa Clara, (¿eran huevos lo que se llevaban no?). Es cierto que tienes una alta probabilidad de que haga frío o llueva, pero ¿qué me decís de lo mona que iréis con guantes y abrigo de novia? Los complementos de novia para invierno son espectaculares y menos vistos (paraguas, chales, capas...).

Además actualmente todos los sitios están bien climatizados y no será mucho problema. A tope con la calefacción y las chimeneas y problema solucionado señores.

- Nos parece super inspirador y se pueden buscar formas de evocar el invierno en todo lo que rodee al evento. 

- Al ser temporada baja podrás elegir entre mayor número de sitios, ya que la mayoría no estarán con las fechas tan apretadas. Eso te permite mayor libertad. También es una buena idea si quieres organizarla con poco tiempo.

- Si tu boda es en diciembre y te gusta la navidad puedes permitirte usar la temática navideña, ¡nos parece tan romántico y elegante!. Imagina tu reportaje de bodas en el centro rodeada de luces y adornos.

- Puedes obtener descuentos en los servicios contratados. Muchos proveedores ofrecen descuentos para esas fechas poco solicitadas, lo que te permitirá ahorrar, que eso siempre gusta.

Y por supuesto, lo más molón es la luna de miel: Puedes ir a una gran ciudad como Nueva York y disfrutar de su decoración y ambiente navideño. O mejor aún, irte al otro lado del mundo a disfrutar del verano, ¡y volver bien morenitos!

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