¡Quiero un Save the date!

Después del ¡Sí, quiero! empieza lo bueno. Empieza la organización, la ilusión y las ganas de gritar a todo pulmón que te casas. Pero como no es plan quedarse afónica, ni salirnos a la terraza de casa a gritar, podemos optar por un "Save the date". O lo que es lo mismo, un reserva la fecha.

La principal función de este recurso es, tal y como dice su nombre, que nos guarden el día. Que a falta de más información sobre la boda (como restaurante, hora exacta, lugar de la ceremonia...), los invitados sepan el día que nos casamos y nos puedan ir reservando el día. 

Si bien es cierto que son muchas las parejas que invitan y avisan personalmente a cada uno de los invitados, no está de más tener un save the date..además ¡son tan bonitos! Hoy os vamos a enseñar diferentes opciones:

1. Usar fotografías. Ya sabéis que están muy de moda los reportajes preboda. Es una oportunidad para conocer a vuestro fotógrafo, pasar un rato divertido con tu pareja y tener un recuerdo precioso. Pues ¿por qué no usar esas fotos para nuestro Save the date? 

Podemos meter en la foto el texto a través de un editor de imagen, como en estos ejemplos:


¿Quién dijo que un Save the date tenía que ser cursi?
O bien incluir el texto con elementos reales en la foto. A través de letras corpóreas, pintura, pizarra...





2. Con un vídeo. Un recuerdo igual de bonito. Además seguro que llama mucho la atención a los invitados. Podría pasar todo un día viéndolos. Os dejo con uno de mis favoritos.

Save The Date from Günther Gheeraert on Vimeo.

3. Diseño gráfico. Si no queréis aparecer vosotros, siempre podéis encargar a un diseñador gráfico que os preparé algo especial. Además luego podréis tener el diseño en cuenta para elaborar las invitaciones, y que así todo tenga unidad visual y estética. 


Y vosotros ¿con cuál os quedáis? ¿Habéis hecho Save the date? ¡Cuéntanos!

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