Mónica y Sergio celebraron su boda en junio. En una tarde de buen tiempo que permitió que todo se luciera al máximo. El gran día empezada con una ceremonia religiosa en la Capilla de los Marineros, en la Esperanza de Triana junto a todos sus familiares. Desde luego, no faltaron los detalles: abanicos a tutiplén para combatir el calor y un baño de arroz a la salida.
Mónica sorprendió a todos con un vestido diseñado por ella misma, y echo a medida. Tul de seda, pedrería, y un ramo en tonos blancos y celeste pastel.
Tras la ceremonia, pudieron disfrutar de una cena al aire libre en la Hacienda Alyamah. Mesas en tonos celestes, con sillas de palillería y centros románticos con musgo y tonos rosas, enmarcaban la que sería la fiesta más bonita de sus vidas.
Una boda que salió a la perfección, y que los invitados y novios disfrutaron al máximo. Y no hay cosa que nos guste más que ver a nuestros novios disfrutar de su día, sin nervios, sin estrés.
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